Los organizadores de Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada, se reunirán este miércoles, con carácter de emergencia, para decidir la cancelación del torneo, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
El brote de coronavirus se ha llevado la mayoría de grandes eventos deportivos por delante y el siguiente en la lista parece ser Wimbledon, que estaba programado del 29 de junio al 12 de julio.
Mientras que Roland Garros, que debía disputarse un mes antes, tomó la decisión unilateral de mover sus fechas a septiembre, las opciones de Wimbledon son mucho más escasas.
Jugar a puerta cerrada no parece una opción puesto que pese a ello el torneo necesitaría de muchos trabajadores dentro del All England Club, al tiempo que un aplazamiento es muy complicado debido a las condiciones especiales de la hierba, que necesita un determinado número de horas de sol para estar preparada para el juego, y el tiempo de Londres, mucho más húmedo en otros momentos del año.
El primero en adelantar la noticia fue el vicepresidente de la federación alemana de tenis, Dirk Hordorff, que que el lunes dijo a Sky Sports que no habría Wimbledon, y que la decisión, no anunciada aún, estaba ya tomada por el All England Tennis Club.
Sería la primera vez desde la guerra que el campeonato inglés se suspende. Desde que el Grand Slam echase a correr en 1888 -siendo el más antiguo de los cuatro-, se han cancelado diez ediciones, todas ellas por la guerra.
No se jugó de 1915 a 1919 por la Primera Guerra Mundial y el tenis paró en Londres también debido al segundo gran conflicto del siglo XX, la Segunda Guerra Mundial. El All England Club cerró sus puertas de 1940 a 1945, siendo usado como almacén y centro para médicos durante la contienda.
Durante la crisis del coronavirus, el recinto de Wimbledon se ha ofrecido para el personal del servicio sanitario británico en lo que necesite.
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