El Tour de Francia da por hecho que no podrá celebrarse en las fechas previstas, del 27 de junio al 19 de julio, ya que desde el gobierno francés no dan el aval. Por tal motivo, los organizadores de la competencia continúan estudiando cuándo podría ser pertinente su desarrollo.
Eso sí, al correrse el Tour, también se correrá la Vuelta a España, que estaba pactada en agosto, además del Giro de Italia, que todavía maneja una posible fecha en octubre.
Los contactos con la Unión Ciclista Internacional (UCI), con las asociaciones de corredores y de equipos y los organizadores de otras carreras se han intensificado para encontrar un hueco que permita salvar el Tour.
Desde hace semanas, el director del Tour, Christian Prudhomme, viene sondeando a los alcaldes de las ciudades por las que pasa la carrera sobre un eventual retraso. Las respuestas han sido unánimemente favorables.
También hay "contactos perpetuos" con la UCI en busca de un calendario armonizado, con la convicción de que todos los sectores del ciclismo quieren dejar un hueco al Tour, una carrera que genera buena parte de los ingresos de los equipos.
El director de la Vuelta a España, Javier Guillén, aseguró a Radio Francia Internacional (RFI) que están dispuestos a adaptarse al nuevo calendario.
"Que se haga el Tour es lo más beneficioso que nos puede pasar a todos", aseguró el director de la ronda española. "Tan importante para la Vuelta es la Vuelta, como para el ciclismo es el Tour".
Guillén, que pertenece a la misma empresa organizadora del Tour, propietaria también de la Vuelta, aseguró que su carrera "siempre va a estar apoyando y ayudando a la que es la carrera y el evento deportivo más importante del mundo".
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