Resta poco tiempo para que el ciclismo en su más alto nivel vuelva a las actividades cuando el 28 de julio se de la partida de la Vuelta a Burgos. Sin embargo, hasta el día de hoy se sigue analizando cómo mantener seguros a los corredores cuando tengan que afrontar desplazamientos y rodar para cada una de las competencias, teniendo en cuenta la propagación que tuvo el coronavirus.
Según un artículo publicado en el portal especializado Cycling Weeklym, Bert Blocken, experto en aerodinámica de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, señaló que realizar pruebas regulares a todos los corredores sería un "pequeño esfuerzo" para los equipos y organizadores para preservar la salud de los protagonistas y evitar cualquier tipo de contagio.
Por otro lado, los médicos de las escuadras Lotto-Soudal y Circus-Wanty Gobert han puesto en duda lo manifestado por Blocken debido a las dificultades, principalmente en costos e infraestructura para realizar la pruebas de Covid-19 a cada ciclista en medio de una competencia.
Joost De Maeseneer, doctor en ProTeam Circus-Wanty argumentó que para llevar a cabo dichas pruebas se necesitan laboratorios móviles y conseguir ese tipo de locación en una gran carrera es complicado, principalmente por lo que significa su traslado.
De igual forma, señaló que en la actualidad no hay nación ni equipo de ciclismo con la capacidad de proporcionar ese tipo de herramientas.
Finalmente, se afirmó que el costo de cada prueba gira alrededor de 59 euros, por lo que hacerlas en masa significaría un gran gasto.
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