Siempre que hay un deportista que deja el listón muy alto en cualquier disciplina, las miradas recaen sobre sus hijos por lo que se cree una herencia o una secuela. Este también es el caso de la familia Montoya, donde Juan Pablo, piloto ex Fórmula 1 y multicampeón en Estados Unidos tiene la esperanza depositada en su hijo Sebastián.
Sebastián Montoya, de 14 años, debutó en la Fórmula 4 italiana y espera seguir los pasos de su padre, quien dejó puertas abiertas en el automovilismo mundial. Este joven corredor colombiano tiene el privilegio de tener al mejor piloto de la historia del país como entrenador, pero admite que es una experiencia difícil.
En diálogo con ESPN Colombia, Sebastián habló de la difícil relación con su padre: "Ahorita no es tan grave la relación con él, aunque siempre es difícil, más de lo que uno cree. Fuera de la pista es mi papá y todo va bien, pero dentro deja de serlo y es mi entrenador; todo eso es muy complicado de manejar, especialmente cuando las cosas salen mal”, señaló en primera medida.
“Cuando él me dice las cosas de manera fuerte me pongo sensible por lo que es mi papá, y al decirme eso como ‘coach’ es un poco complicado, pero ahorita en carros le he puesto mucha atención y él me ha ayudado mucho porque es ‘un poquito bueno’”, agregó elogiando entre risas a Juan Pablo Montoya.
“Tenerlo como mi papá es una ventaja muy grande frente a los otros competidores porque él es Juan Pablo Montoya… El problema es que a veces se mete mi mamá cuando estamos peleando, entonces no es bueno; pero de resto, nos respetamos todos. Ellos entienden que estoy creciendo, ya no soy un niño de cinco años, ya nos tenemos respeto y es muy bueno”, finalizó Sebastián.
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