Medvedev corroboró las palabras de Djokovic, quien dijo que era “el rival a batir”, tras abrumar a Tsitsipas con un tenis impoluto al conectar 17 saques directos y 45 golpes ganadores que enmudecieron a una grada que apoyó incondicionalmente al griego.
Cuando el partido parecía decidido, Tsitsipas logró su primer 'break' del choque y se adelantó 4-3 en el tercero. Pero su atisbo de reacción fue anulado pronto por Medvedev, que le devolvió la jugada y dio la vuelta a la situación, se puso 6-5 arriba y cerró con su saque.
Se aseguró su segunda final de Grand Slam, después quedarse a las puertas del título en el Abierto de Estados Unidos de 2019, y su primera en Melbourne Park.
De esta manera, el joven moscovita se convierte en el tercer tenista ruso en acceder a una final en el torneo ‘aussie’ y se unió a sus compatriotas Marat Safin y Yevgeny Kafelnikov.
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