"Estas dos semanas han sido una montaña rusa para mí", reconoció 'Djoko'. "Quiero dar las gracias al Rod Laver Arena, la historia de amor continúa", afirmó ante los cerca de 7.400 espectadores presentes.
¿Dolores abdominales? Al verlo elevarse para un 'smash' que le dio una ventaja de 3-0 en el primer set, cualquiera podría suponer que su estado físico era óptimo. También al comprobar el resultado final de 7-5, 6-2, 6-2 en menos de dos horas.
Y eso que Medvedev había pasado cuatro horas y media menos sobre la pista (más o menos un partido a cinco sets) que Djokovic en su recorrido a la final.
"Me hubiera gustado hacer que el partido durase más y hacerlo más interesante para ustedes, pero hoy no era el día", reconoció Medvedev dirigiéndose al público.
Pero el serbio había avisado: "Con todo el respeto que debo a los demás jugadores (sin contar a Federer y Nadal), aún tienen trabajo por delante para tomar el relevo. No voy a quedarme aquí y dejarles hacer. Les obligaré a pelear duro para lograrlo", había declarado a la cadena Eurosport.
Promesa cumplida y apuesta ganada: entre Djokovic y Nadal se reparten diez de los once últimos títulos de Grand Slam (desde Roland Garros 2018). Sólo Dominic Thiem, en el US Open 2020, logró arrebatarles uno, aunque fue en ausencia de Nadal y Federer, y con Djokovic descalificado.
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