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MUY BONITO AL PRINCIPIO Y FEO AL FINAL

La FIFA y sus intenciones de devolver a la sociedad los favores de su enriquecimiento realiza campañas como el fair play y not racism, sin embargo, eso solo queda en gestos protocolarios. Por otro lado, con el ánimo de cumplir con eso que dice el reglamento, “espíritu del deporte” y cuyo lema nació desde la creación formal del deporte y las primeras reglas, considero que el protocolo en el fútbol profesional es cojo y ¿Por qué? Porque al final de partido no lo hay.

Todo muy bonito en la previa, la salida de los equipos con los árbitros al frente y cada jugador con un niño tomado de la mano, luego, los himnos, el saludo de los jugadores, el sorteo de saque o campo, el no racismo y en caso de que haya un minuto de silencio, pues también. Pero termina el partido y cada quien, por su lado, los perdedores contra el árbitro o el público, uno que otro jugador saluda a su colega o se lleva la camiseta de recuerdo, ósea feo.

Si queremos que en verdad el fútbol se juegue en paz y respete al espíritu del deporte, la FIFA debería considerar que al final del partido un protocolo para el ingreso de los protagonistas a los camerinos.

Esto se vive en otros deportes, ejemplo, el voleibol, al final los jugadores de saludan y, en las divisiones menores los niños y jóvenes forman filas y pasan saludándose y dando gracias al público por su asistencia, en este caso a los padres.

Ahora dirán que en las etapas de formación es prácticamente obligatorio para que los niños disfruten del deporte, socialicen, respeten a los compañeros, adversarios, asistentes y los árbitros, etc.. ¿Pero y no se supone que todo aquello que hagas en las etapas de crecimiento dan la base para que en la vida adulta este niño o niña sea un deportista integro o un individuo socialmente adaptado?

El fútbol profesional es un mal ejemplo para los niños, no mencionare en detalle el porqué, solo diré que todos los jugadores, intentan engañar al árbitro fingiendo o exagerando. Por tanto, los menores en formación quieren imitar a su ídolo y trasladar “todos esos conocimientos” vistos en los adultos al campo de juego cuando estén jugando. La FIFA debería hacer más y, de carácter obligatorio en todas las ligas el protocolo al final del partido. Quizás esta idea puede ser una utopía, cuando en el campo de juego hay jugadores que ganan millones de euros y sus egos son más grandes que cualquiera de nuestros océanos, condición que algunos les hace creerse semidioses. Pero es un acto necesario.

Y, me da más razón con la última fecha FIFA disputada en Suramérica y donde el arquero de la selección Argentina Emiliano Martinez, agrede a un camarógrafo solo por estar haciendo su trabajo. Y qué decir del bochornoso hecho en la reciente Copa América protagonizado por jugadores uruguayos, situación que les conllevo sanciones económicas y deportivas. Y, aun cuando las comparaciones son odiosas, ¿cuántas veces hemos visto esto en la rama femenina? Para ejemplo un botón, las jugadoras del seleccionado sub-20 de Corea del Sur al final del partido contra Colombia, se organizaron en fila y con una venia agradecieron al publico asistente, gesto que fue devuelto con aplausos. ¿Será mucho pedir a los hombres?

Por tanto, la FIFA o se hace la invidente o considera que es poco relevante como termina y lo que pasa al final del partido.

 




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